Aún recuerdo como Ángela y yo solíamos buscar a la desesperada la calle malasaña, íbamos a la calle malasaña en sí y bueno con 14 años os podéis imaginar que estábamos un poco perdidas en la vida y tal. Y un día lo descubrimos por casualidad( cómo tantas cosas en esta vida que es cómo si supieran cuando tienen que llegar ) , cuando tuvimos la edad para verle el encanto y no un montón de tiendas con ropa vintage y estilo antiguo.
Hoy por hoy sigue siendo a dónde vamos a reirnos y a sentirnos un poco más raras y un poco más nosotras, a tomar algo por uno de esos locales que uno ve en cuentas de instagramers (abajo mis galletas favoritas de Afri´s cookies) o a salir hacia gran vía ya tarde para ver las luces. Siempre ocurre igual, alguna de las dos comenta lo bonito que es madrid de noche y por primera vez no nos importa que vaya a empezar el invierno, eso significa al fin y al cabo, que las luces estarán encendidas más rato.
Así que es martes y veo mi agenda llena de exámenes mientras Ángela está en Paris de viaje y sólo pienso en que el puente tiene que llegar ya o a este paso seré yo la que se tire por uno, me consuela pensar en que momentos así vuelven.