Así que supongo que había llegado a la conclusión de que, definitivamente, lo de intentar buscar algo en otra cosa que no lo tiene era muy mío porque es como hacerlo al revés, vaya. Hasta que me puse a reflexionar.Lo hace absolutamente todo el mundo.
Desde comprar compulsivamente por haber tenido un mal día en el trabajo hasta el mítico "un clavo saca a otro clavo".Está claro que con lo que vamos sustituyendo no solucionamos nada y también está claro que en ese momento no lo creemos así. Así que ahí estaba yo ,con un montón de ropa nueva y dos dilemas, el primero porqué quería todo eso y el segundo, aunque no menos importante, cómo me las iba a apañar para que en mi armario fuese a entrar todo eso.Respecto a lo primero en el momento lo vi claro, muy claro, el porqué era la felicidad absoluta. Se escapa pensar que ,como todo,lo material es también sumamente efímero y que mientras colocas el armarío caes en que no has solucionado nada.
Simplemente nos engañamos haciendo que nos importan cosas que no importan porque somos malísimos reconociendo lo que sí, además, lo hacemos tarde.Cuando ya tenemos el montón de ropa al lado y no hay nada que hacer o nos lo reconocemos solo a nosotros mismos y en silencio, no vaya a ser que alguien se entere de que nos equivocamos, sentimos o padecemos.