Que uno y uno no siempre son dos.

Eso dicen, pero yo no tengo miedo. Vengo de un sitio en el que todo el mundo vive con inseguridades, con miedo de mostrar quienes son realmente. Se atemorizan de su propio y pálido rostro escondido en la oscuridad. Estas personas no salen a la calle por miedo a ser criticadas, amenazados o señalados por algo que ni quiera han echo, algo de lo que se lesatribuye la culpa. Se temen entre ellos. No se relacionan entre sí, al contrario, evitan el contacto físico y el encuentro. Sí, vengo de un mundo de locos. Pero gracias al mundo del que vengo he aprendido grandes cosas. He aprendido el valor de una carcajada, de una sonrisa. He aprendido que las pequeñas cosas sí que importan, y que las personas falsas no merecen la pena. Gracias a la gente, he aprendido muchas cosas, lo que se siente cuando te quieren, cuando eres arropado por alguien, cuando te tratan bien, con dulzura y cariño. He aprendido que la vida es dura, pero es mejor afrontarla con una sonrisa, haciendo locuras sin que nadie las entienda.

Á-.